Bonita tetería, pequeña pero muy acogedora. Personal atento y servicial. Los tés que disponen en la carta son todos de una gran calidad. Especialmente me gusta tomar allí el matcha latte. Nada dulce (como debe ser), y de intenso sabor.
Es un local que tendría que llamarse “el templo del silencio”, desde que lo descubrí por casualidad he ido varias veces. Me gusta ir sola a tomar un té y escribir o dibujar. Es un local chiquitito, MUY acogedor y tranquilo.
He venido dos veces en un viaje a Barcelona de 3 días porque me ha encantado.
Ambiente acogedor, cálido y tranquilo. Estupendo para venir a leer o conversar.
Gran variedad de tés e infusiones asiáticas, en la carta aparecen explicadas la intensidad del sabor y el grado de cafeína.
Los dulces están buenísimos, tanto el bizcocho de canela como la galleta de matcha.
Los dueños súper amables y cercanos. Él de aquí y ella de allí, han conseguido crear un lugar único en Barcelona.
Además puedes comprar el producto en la tienda de al lado.
Volveré seguro❣️
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