La comida es excepcional. La entrada es poco práctica, te hacinan en la puerta de entrada esperando te den una argolla de llave, con la que subes arriba y el camarero te asigna la mesa (todo esto previa reserva) después tienes que bajar de nuevo a pedir la comida y esperar arriba que te la sirvan. La bebida se pide en una barra anexa en el piso de arriba. Quitando eso, marisco de primera calidad, pescados exquisitos y carne gallega espectacular. Los postres, tal vez lo más prescindible de todo
Se come muy bien y por un precio correcto. Salimos a unos 35€ por persona con vino incluido.
Pedir con mesura abajo porque si no sales redondo y claramente pagas más. La calidad es bastante buena. Los postres tienen mala fama pero… para gustos… merece la pena ir. Recomendable. Volveré
Increíble concepto de restaurante en el que pides el producto fresco de un mostrador como si se tratase de una lonja. Una vez pides y pagas el producto, subes a tu mesa en el restaurante y te traen la comida que has pedido. Todo super bueno y de muy buena calidad, por lo que el precio es acorde a la calidad.
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