Estuvimos de picoteo cenando en la venta, tomamos unas rabas, pizza, y unos sándwiches. La pizza de masa fina y crujiente, deliciosa, los sandwiches muy bien preparados y apetitosos. Se pidió que uno de ellos no llevase mantequilla y sin poner ninguna pega ofrecieron la solución de tostarlo en tostadora aparte para que al pan ni le rozase la mantequilla residual en la placa. El señor que nos atendió fue súper amable, siempre con una sonrisa.
Los helados caseros están estupendos, probamos los de nata, sobao, queso y mantecado .
Buen sitio para degustar, precio acorde con la calidad y servicio, éramos tres y comimos pulpo a la brasa, bacalao, secreto y albóndigas de bonito, de postre helado que es casero y leche frita, bebida agua y dos cafés, el precio 32 € persona
Hemos comido muy bien a pesar de que hemos estado esperando media hora que nos atendieran y otra media hora en que nos sirvieran por más que varios camareros pasaban a nuestro lado y no nos hacían caso. La vajilla y la cubertería me han llamado la atención, muy bonita.
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