Rebeca Figueroa Rodriguez
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Comprueban certificado covid y te sientan. Me ha gustado la comida, guisos con gusto a cocina casera, carnes de brasa sabrosas y bastante abundantes en cantidades. El servicio bien, hay que darle mérito a la camarera con las escaleras que tiene que subir y bajar en cada petición.
El precio normal, depende de lo que pidas podría resultar muy barato o un poco más caro. En nuestro caso pidiendo de primer plato carnes y de segundo carnes también más otras cosas salimos a 25€/persona.
El pan tostado quizás sería algo caro, a euro la rebanada cortada en dos.El alioli estaba brutal.
La tarta de queso tipo Philadelphia con galleta y mermelada estaba muy buena. Los baños están afuera y es lo más feo del local. Ambos comedores son pequeños, el de abajo tiene chimenea pero hay dos estufas de butano que calientan un poco la estancia. Tienen trona para bebés.
Un lugar rústico, clásico con buena comida. Lo recomendaría para una comida familiar, grupos pequeños o parejas, para grupos grandes igual está algo limitado de espacio.
La zona es muy bonita y hay una gran explanada al lado con parque e hierba para que los niños jueguen antes o después de la comida y una vistas preciosas desde las ruinas.
Un lugar súper tranquilo y casero, comimos una escudella buenísima, siempre la hacen wn viernes
Masia tipica en entorno agradable. Buena cocina a la brasa y guisados, raciones adecuadas y precios más que razonables.
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