Un lugar muy bonito, tranquilo y acogedor. La comida muy buena, el servicio muy amable y atento. Los postres un poco caros, pero muy bien presentados.
Pedimos pan de ajo, una tabla de quesos variados que estaban impresionantes, croquetas variadas, papas panaderas y una ración de pulpo frito. De postre un coulant de chocolate blanco y postre de la abuela.
Lugar muy bonito, camareros amables y siempre atentos especialmente la chica, servicio bastante rápido. Los pimientos de pitillo deliciosos, las lapas muy bien sazonadas, pedimos rabo de toro y estaba un pelin duro, el entrecot se deshacía en la boca y el detalle de las sales está genial, las patatas panaderas riquísimas, el vino según mi marido estaba delicioso.
Pasando a los postres toda una decepción, de sabor se podrían mejorar pero no se les ocurra pedir coulant de chocolate si no quieren sentirse atracados casi 12 euros y el postre de maracuya casi 8 euros.
Los postres no tienen carta por eso mi sorpresa cuando vi que los postres costaban tanto como los principales.
A las chicas no les recomiendo ir con zapatos de tacón ya que desde el aparcamiento hasta el restaurante es un camino empedrado y con inclinación.
La comida estaba muy bien, pedimos unos champiñones rellenos de almogrote y me encantaron, las croquetas.. No mucho, y el codillo de cerdo delicioso. Las raciones son bastante grandes. El personal muy amable. Quedamos encantados.
An error has occurred! Please try again in a few minutes