Es un sitio con encanto porque es una cueva. La comida estaba muy buena, es de buena calidad, no es congelada, estaba muy rico todo. La carne está muy bien hecha. El sitio es un lugar de buena categoría, tienen empleados que van uniformados y te tratan con amabilidad. Los baños estaban limpios, hay varios, de sexos diferentes, con papel suficiente y con cambiador de bebés. Los baños son en la planta superior, hay que subir escaleras, desconozco si hay en la planta inferior adaptados. Barato no es, pero se come bien. En el restaurante no hay cobertura, ni datos ni wifi, mejor llevar ya descargados los dibujos en el móvil. Lo que sí veo que es mejorable el servicio, porque fuimos a comer temprano a las 13:15h porque teníamos una niña (2 años) , y el plato de la niña no nos llegó hasta las 14.40 cuando nosotros ya íbamos por el postre. Para compensarlo nos regalaron los cafés. Para pedir la cuenta se lo dijimos a un empleado que nos dijo sí, ahora mismo, y el chico se pone a salar más 5 minutos el pescado en vez de decirnos que no podía o bien transmitírselo a otro compañero, ahí estábamos esperando a poder pagar ya que teníamos visita reservada en las cuevas de San José. Después de esperar decidimos decírselo a otro camarero y ya nos dijo que para pagar con tarjeta era en barra. A la chica que nos cobró le dijimos que habíamos repetido de pan, ya que en el ticket nos cobraron doble de tomate y ajoaceite. Le dije que eso era un detalle feo y no nos lo resolvió, no dije nada más porque ya nos habían regalado los cafés, pero no me hace gracia que me cobren algo que no he pedido. Así que propina no di. Fuera del restaurante hay parque. Tienen tronas de bebé.