El ramen no es algo que quiera comer todos los días pero cuando apetece, apetece. Nunca había ido a un sitio DIY de Ramen y es muy divertido, a todos nos gusta poder elegir los ingredientes y estar orgulloso de tu creación. Pedimos dos entrantes para compartir (igual sobraban un poco, pero nos apetecía probarlo). Recomendamos el sobrecito de pato, buenísimo. El saquito de curry y pollo, sin más. El ramen estaba súper rico (cuidado con el picante, a mí me encanta y suelo comer picante todos los días y el nivel « 2 » ya me ardía la boca). Mejor pedir un 1 o un 2, más no me lo puedo ni imaginar jajajajaja. Hay que ir y hay que probarlo, volveré.
Lugar bastante auténtico para lo que estamos acostumbrados, no quiero decir que la comida sea la que ellos comen de verdad pero se acerca más que lo que puede hacer un restaurante asiático de los que proliferan por todas las ciudades de España. Volveré
Cuando llegamos estaba lleno pero tuvimos mesa rápido. Dudábamos entre pedir de carta o un ramen, pero al ver la mesa de al lado nos decidimos por el ramen.
Tienen un "buffet" donde puedes coger los ingredientes que quieres que lleve tu plato. Hay diferentes carnes, pescados, huevos, tofu, verduras, setas y distintos tipos de pasta. Según el peso de tu bandeja así te cuesta el plato. Obviamente, tienen opción vegetariana y vegana.
El ramen estaba buenísimo, repetiremos sin duda.
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