No es el mejor restaurante indio que he probado pero está bueno. El camarero entiende Justino el español. Importante si queréis menú pedir la carta del menú sino os darán la carta normal que es más cara. En difinitiva, no es un mal sitio para comer.
La comida estupenda. Sabel es únicos e increíbles. El trato por el camarero que nos atendió deja mucho que desear no dejando pedir una parte y después otra, ni sabiendo lo que es sangria, no estando pendiente a parte de la terraza. Hemos ido cada año y esperamos que la próxima vez en esto mejore.
Bien emplazado.
Comida exótica de sabores y texturas muy interesantes, precio razonable; la carta de vinos un poco limitada y de precios algo altos en para lo que es la comida.
Decepcionante, sin embargo, la poca amablilidad del servicio: hay un término medio entre la profesionalidad casi servil de los camareros madrileños (por poner un ejemplo) y la frialdad y falta de cordialidad de estos chicos. Si mejoran esto puede ser un 4,5 sobre 5
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