Llegamos de casualidad porque todos los chiringuitos estaban llenos o reservados por “eventos” y luego hemos vuelto directamente porque se está muy bien y son muy majos. Cerca de la playa, corre el aire, precios razonables y comida sencilla pero rica para tomarse algo fresco antes de bañarse. Hay sombra en el porche pero si quieres sol también tienes, más en la parte de la acera. Aunque es una calle estrecha no hay apenas tráfico, no molesta.
El menú es tipo cafetería y lo que más nos suele gustar son las focaccias (en plan sándwich, con huevo y todo) y mención especial al bocadillo de chocolate que en un día de playa pues es un capricho para gente de una edad que por qué no 🤣
Tienen carta específica para veganos, con opciones de seitan, soja... La comida no es muy elaborada pero está muy buena y a buen precio.
Riquísimas hamburguesas. Buen precio. Buen trato y muy buen vino. Uno de los mejores sitios en los que hemos comido.
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