Me senté en el jardín del restaurante. Un espacio muy agradable. Pedí el potaje canario. Estaba rico y abundante pero podría haber sido un poco más caliente. Para postre una tarta de canela que no creo que hagan allí. En total 18,90€ , incluyendo pan con alioli y 2 bebidas. El servicio muy ameno.
Descubrimos este sitio de casualidad y qué suerte. La atención es muy particular y personalizada, la comida muy buena y casera, y si te gustan los animales, puede que tengas suerte de ver a los de la dueña recorriendo el lugar y tomando el sol.
Se come en una terraza al aire libre muy acogedora. Esta bien de precio, y de muy fácil aparcamiento. La tarta de canela es una delicia del lugar!
Pasabamos por la zona buscando restaurante para comer. No encontramos nada abierto y una vecina del pueblo nos recomendó el lugar. Se trata de un restaurante-hotel que se encuentra ubicado en una antigua casa de estilo canario, muy bonita. Pedimos cabrito y nos encantó. Precio ajustado a la calidad que se sirve. Atención también buena por parte de los camareros. Lo recomendaría.
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