Probablemente el mejor restaurante de Salamanca. La comida es deliciosa, con técnicas muy bien aplicadas. Se nota la propuesta México-española del chef. La atención es magnífica, siempre atentos a tus necesidades y preocupados por la satisfacción del cliente. El espacio y el entorno, el hotel, es muy bueno. Se nota que está dirigido a un cliente exigente. El menú Siente es muy completo.
Cenamos el menú Summer Breeze, con maridaje. Las únicas pegas que se podrían poder es la falta de un plato de pescado y que no entendimos muy bien el postre de Lagarto, tenerlo que comer con las manos y pringarnos de arriba abajo. El resto nos gustó mucho.
Estando alojados en el hotel probamos diversos desayunos, que los elaboran en Ment, y nos gustaron mucho todos.
Destacar la labor de todos los trabajadores, que fueron especialmente amables durante los desayunos y durante la cena, sobre todo el sumiller.
No estoy seguro del significado de “by” detrás del nombre de un producto. He preguntado a FUNDEU. Supongo que al traducirlo implica que está elaborado, fabricado, manufacturado por esta persona.
Entonces hay que saber lo que es un ment. No le preguntes al gafas. No lo sabe. Es una palabra maya que significa "elaborar, crear y formar" y ahí ya todo se aclara. El Sr. Calleja ofrece su comida en Salamanca después de pasar por su México natal y por San Vicente de la Barquera.
Y si que hay una explicación de la personalidad de un cocinero en este restaurante alojado en un hotel. Su particular forma de entender la fusión cántabro-mexicana, le lleva a concebir platos diferentes, arriesgados, muy personales.
Un comedor muy agradable, luminoso, con decoración que no agrede y música en consonancia. ¡Mantel por fin! Sillones muy cómodos y mucha tranquilidad.
Por la época del año, verano tórrido, hemos seguido la recomendación:
“Descubre por 85€ nuestro exclusivo menú degustación de verano Summer Breeze! 💚”.
En Salamanca dicen brisa de verano pero eso no es cool.
“Esta apuesta asequible te llevará a saborear la alta gastronomía con toques del Cantábrico, matices mexicanos y una gran despensa castellana. Cada bocado te transportará a un viaje lleno de emociones, donde se fusionan la tradición y la vanguardia en cada plato”.
La propuesta no defrauda. Más de 15 pases que alargan el servicio pero que no se hacen pesados. Hay altos y bajos, como es natural, pero destacan algunos muy bien conjuntados como el Mini Mac de ibérico o los tacos. Otras cosas como el oro, la trufa de verano y el polvo de foie desentonan porque nada aportan. Tampoco colaboran los ingredientes claramente fuera de temporada.
Mención especial a dos postres: Lagarto amarelo y Chocorrezno.
Excelente servicio, todo amabilidad, ganas de complacer y competencia. La bodega no sé cómo será, pero hay sumiller y sólo dos clases de cerveza.
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