Fuimos ayer a comer y sin duda, lo voy a recomendar a todo el que pase por Alozaina, y si volvemos por aquí, volveremos a comer. El servicio fue excelente, nos comentaron las opciones del menú y siempre fueron muy amables con nosotros. La ensalada de pimientos estaba buenísima, los tacos insuperables y la tarta de la abuela, que nos la pedimos para llevar, estaba deliciosa! Pero con lo que me quedo fue con el detalle que tuvo el chico con nosotros, nunca lo olvidaremos.. gracias de corazón!

Estamos en Alozaina por trabajo, y llegamos a este lugar probando sitios para cenar (que para ser un pueblo tan pequeño hay muchos bares) hasta que le tocó el turno a este restaurante y la verdad es que nos sorprendio mucho. Lo primero es que la camarera (Patri) era superatenta y correcta a la vez que cercana, algo que nos hizo sentir comodísimos desde el minuto uno. Algo destacable a la vez que fascinante es la carta, ¡por que no tienen carta! Cada día tienen cosas diferentes y la camarera es la que te dice lo que tienen ese dia. La primera noche que paramos aqui pedimos con escepticismo pulpo a la plancha, chorizo criollo, pollo al ajillo y tapa de ensaladilla, pero conforme salian los platos nos ibamos sorprendiendo cada vez mas... La ensaladilla de 9, buenísima! Por ponerle un pero, le faltaba un poco de sal, pero hoy hemos vuelto y hemos repetido tres veces. El pollo al ajillo lo pedimos porque la camarera insistió y nos alegró que lo hiciese porque estaba jugoso, y sabroso. Chorizo criollo quizás fué lo mas flojo pero aún así tambien muy bueno y bien hecho. El pulpo... impresionante! Blandito, y con una salsa de ajillo por encima que aunque no la esperabamos porque era a la plancha, la disfrutamos tambien. Calidad precio inmejorable. De verdad. Todo esto con vista a la montaña en la terraza que tienen detrás. Sin duda un sitio que repetiría siempre que pudiese.