Restaurante de alta calidad, tanto gastronómicamente como desde el punto de vista del servicio y la atención. Sientes que no te tratan como a un cliente sino como a un comensal al que dejar satisfecho.
La disposición del espacio con la cocina a la vista demuestra la confianza que tienen en su producto y profesionalidad.
El ambiente muy bueno, con pianista cantante fantástico. Lástima que algunas mesas de amigos, especialmente de extranjeros, elevan demasiado el ruido ambiental.
Pescado buenísimo.
Los entrantes, pues tenía muchas expectativas, esperaba algo "fuera de este planeta" viendo algunos comentarios, para mi algo muy normal.
El cheescake-menos mal que el camarero me aviso que el sabor es muy fuerte así que pedí helado.
Un poco caro.
Precioso restaurante con un muy buen ambiente. Se ve en directo la cocina y las brasas. Trato muy bueno y servicial. La comida es excelente. Postres especiales que te acaban de cocinar o servir en directo. Nos encantó.
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