Oscar Jimenez Gonzalez
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Llegamos casi de casualidad. El camarero que nos atendió en sin duda la chispa que marca la diferencia. Muy simpáticos, agradable y atento. Te desglosa el menú de una manera muy graciosa. " Si no os gusta, me lo como yo". Decía él, como su única manera de probar bocado, ni que decir tiene, no comió nada. De cada uno de los consejos que nos ofrecía, dábamos buena cuenta de todo. Si eres de pico fino, y te apetece pasar un rato agradable, debes conocer este gastrobar. Nos reímos mucho, comimos especial, y descubrimos un lugar muy recomendable. Volveremos sin duda a tratar de dejarlo sin cenar.
Buen sitio local, carta variada y camarera muy agradable
El dueño es súper atento, la comida maravillosa, y aunque el precio pueda parecer algo alto, la calidad de la comida hace que merezca la pena. Repetiría sin dudarlo.
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