Después de mucho deambular por el centro de Castro, nos decidimos por este pequeño sitio. No nos cuadraban las reseñas y comentarios (unos muy buenos y otros muy malos, no podía ser) por lo que decidimos tantear el viernes, con unas croquetas y unos vinitos. Croquetas de jamón deliciosas, suaves y buenísimas, donde la masa es finísima y donde el sabor del jamón ibérico que utilizan,sobresale desde que te la metes en la boca hasta que terminas de comerla. Sólo eso y siguiendo nuestra teoría y experiencia de que un restaurante con unas exquisitas croquetas no podía fallar en la comida, ya nos indicaba que teníamos que comer sí o sí allí, por lo que reservamos para hoy. Y, menuda experiencia. Para empezar y como entrante y para ir cogiendo impulso tomamos un pulpo a brass antes de pasar al arroz de jibón y almejas. Caldoso, en su punto todo y con una base y saborazo de pimiento... De los mejores que he tomado últimamente. Y para terminar, un coulant... Que aún se me hace la boca agua al recordarlo. Tanto Jorge (chef) como el equipo de camareros estuvieron de 10 y no quedó otra que felicitarles por el trabajazo. Nos quedamos con ganas de la Chuleta, la merluza, del cachopo, del solomillo, de más y más croquetas... Pero todo eso y más nos lo guardamos para la próxima visita a Castro. Enhorabuena y seguid así!!!