Ambiente excepcional. Cuidan todos los detalles. El trato ha sido estupendo. La comida extraordinaria. Setas con jamón, entrecot y bacalao. Hace mucho que no comíamos tan bien (y no hemos salido precisamente con hambre). Nos hubiera gustado probar la tarta de queso, pero ya no entraba más. Así que volveremos. De diez.
Personal superamable, trata de hacerte sentir agusto en su pequeño local. Me quedé con ganas de ver la parte de arriba. La comida es de calidad y está bien cocinada. Sin duda, es el mejor restaurante de la zona. Y, aunque no se vea desde dentro, el enclave también es interesante, al pie de la catedral y antes de bajar las escaleras a la plaza de Cifuentes. Repetiré.
Exquisito tanto la comida (casera) como el trato, sin duda volveremos!
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