Tenía ganas de ir, y aprovechamos un día para comer. No había más que otra pareja, aunque había reservado antes. La verdad es que tardaban un poco entre platos.
La comida rica, pero aunque la camarera que era agradable nos comentó que llenaba, lo cierto es que tienes que coger varios platos para ello.
Cogimos tres para compartir entre dos: Croquetas, flamenquin y medallones de solomillo.
Estaba rico pero no es para tirar cohetes.
El ambiente tranquilo, con música de fondo. La decoración también me gustó. Lo malo es que el aire acondicionado estaba muy muy flojo y aunque la camarera intentó ponerlo más bajo, no pudo. Por lo que hacía mucho calor dentro también, con lo cual tenía ganas de irme.
Es un sitio que es tranquilo y para ir probando diferentes platos. No se está mal .
Espero que mejoren el tema del aire acondicionado.
El sitio es precioso, está muy bien decorado y con la música de ir había de creaba un ambiente muy agradable. El servicio fue inmejorable. Y la comida todo un éxito. Una pena que quedáramos tan llenas que no pudiéramos pedir postre.
Deseando volver
Fue una de las recomendaciones del guía del Free Tour de la mañana.
El local es muy agradable y acogedor, decorado con mucho gusto. Buena música e iluminación. La camarera fue muy amable y atenta con nuestras dudas de la carta
Los platos escogidos, de una igual propuesta, fueron todo un acierto, como los vinos extremeños que nos recomendó.
Un restaurante a tener en cuenta si visitas Cáceres.
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