Restaurante justo al lado de la Mezquita, tiene un patio muy grande y bonito donde se come muy agusto con música ambiente, muy agradable. La comida está buenísimas, pedimos croquetas de rabo de toro, flamenquin cordobés y rabo de toro y estaba todo espectacular. Además la atención muy buena también, los camareros eran muy atentos y agradables. Relación calidad precio estupenda.
Fuimos en familia y la verdad es que fue una gran experiencia.
El lugar no estaba excesivamente cargado, por lo que el ambiente era bueno y cómodo para entablar conversación.
Nos pusimos en el patio, el cual estaba tapado por unos toldos. El día acompañaba porque no hacía más 30 grados, por lo que se podía estar sin problema.
La comida fue sencillamente exquisita. La verdad es que no pudimos poner ningún "pero" en este sentido.
En cuanto al servicio fue muy cercano, amable y profesional.
Sin lugar a dudas, un sitio en el que debemos repetir.
Ubicado en un lateral de la mezquita catedral, tiene un patio interior precioso con música tranquila, que trasmite mucha paz.
A destacar además de él personal que de verdad no pueden ser más majos y educados, sus platos de calidad a destacar el salmorejo de gran calidad y sabor.
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