Platos espectaculares; se nota el producto de calidad y la mano en la cocina. Comimos una ensalada de tomates locales buenísimos, un revuelto de hongos que, sin lugar a dudas, es el mejor que he probado nunca, y un pescado al horno (breca) con muchísimo sabor. Trato muy bueno por parte de ambos camareros, y el comedor tranquilo y espacioso. Sin duda, repetiremos.
La verdad que la cena había empezado bastante bien hasta que nos han traído la carne. Pedimos para compartir croquetas y revuelto de setas, todo buenísimo. Nos traen la vaca gallega, dura no, durísima. Se lo comentamos a la camarera y con toda la educación del mundo nos la retira y nos pone una carne de la casa que le pegaba una patada a la otra, mil veces mejor… la tarta de queso bastante buena de sabor aunque diciéndonos que era de horno nos la esperábamos algo menos hecha. Aún así cuando vuelva repetiré sin duda.
Comida bien presentada y sabrosa.
Los postres? La tarta de queso muy rica, el helado de frutos rojos que le acompañaba era muy muy amargo. Y el otro era una mousse con helado de leche condensada, muy dulce.
Un poco caro, porque 10 mejillones en un plato, por 18€, pues eso, caro.... Y con restos de cáscaras. Eso si muy bonito presentado.
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