Antes de comenzar la reseña, diré que fuimos dos personas a cenar y pedimos directamente de la carta. No sé cómo estarán los menús del día, pero sí sé que la comida de la carta es un auténtico manjar. El local: es muy agradable, un buen ambiente, música buena, vistas preciosas en la terraza de arriba que siempre vienen bien para hacer unas fotos y presumir con tus amigos. No estuvimos casi nada en el interior del local, pero estaba muy bien decorado y parecía un lugar igualmente agradable para comer, cenar o simplemente tomar algo. Eso sí, insisto: si podéis elegir la terraza de arriba no os lo penséis, sobre todo si el clima es bueno. El servicio: Inmejorable. Atención rápida y amena por parte de la camarera. Además era muy amable con los clientes, es de esas trabajadoras entrañables que ayudan a fidelizar clientes por su carisma y su buen trato. Cristina creo recordar que se llamaba. De verdad, un encanto. La comida: No he probado nada igual. La comida es de calidad, está increíblemente buena y es muy imaginativa. Además los platos son muy abundantes y, lo mejor, son ÚNICOS. No sé quién será el/la chef, pero que le den un aumento de sueldo porque lo merece. Pedimos unos nachos y unas patatas bravas de entrantes y... Brutales.