Un lugar acogedor pero un servicio que no está a la altura de lo eesperado. Probablemente el hecho de la gran afluencia de comensales en determinados momentos puede hacer que la atención del personal deje un poco que desear, especialmente por lo que hace al tiempo de espera cuando quieres que te tomen nota o a la hora de servirte los platos. La primera vez que fui era viernes, dia dedicado a la paella, la recordaba muy buena, exquisita, muy bien elaborada y en su punto de cocción, tengo la impresión que aun y siendo el plato del día, nos la hicieron al momento. Esta última vez fui en jueves que es el día en que el plato del dia es "BULLIT" algo así como el cocido de otras regiones. Estaba sabroso, pero la carne con demasiada grasa, a penas había carne. eso sí, un buen trozo de col, un trozo de patata, uno de botifarron, uno de longaniza, algunos garbanzos, un trozo de huevo, y supongo que algo más, pero que ahora no recuerdo. Quien se acurda de la tarde que pasé, fue mi estómago, supongo que debido a la gran cantidad de grasa del plato, algo común en la mayoria de cocidos.
Mi acompañante tomó unos canelones, que casi no pudo tomárselos de lo salados que estaban, aunque parecían bien elaborados, con el triturado justo y con materia prima buena, pero el exceso de sal arruinaron el plato.
Importante intentar ir a primera hora, porque como se te ocurra ir entre las 14:00 y las 15:30 como me ha pasado en alguna ocasión, aun y teniendo reserva, el tiempo de espera para ser servidos es tan elevado que me he levantado en dos ocasiones sin pedir plato y me he ido a la bodega rambla que está a 50 m de este local.
Restaurante con mucho encanto donde disfrutar de una comida tradicional mallorquina sin prisas. Servicio muy cercano, te sientes como en tu propia casa.
Paseando hemos visto este bar restaurante con cocina típica mallorquina y tenía muy buena pinta y no nos ha defraudado. Hemos pedido confit de pato con salsa de Oporto y entrecot con guarnición. Estaba espectacular, muy rico todo. Buena relación calidad-precio. El lugar tiene su encanto. Una decoración rústica y muy de época. El servicio fue bastante bueno. No se ha llevado las 5 estrellas porque no se puede pagar con tarjeta y porque cobran el pan, aceitunas y alioli que te sirven aunque no lo pidas.
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