Estuvimos cenando 2 adultos y 2 adolescentes, pedimos 4 platos para compartir, puesto que habíamos comido tarde, bien las raciones y precio, faltó quizá un poco de música para ambientar, todo okey.
Situado en una de las estrechas y céntricas calles de la parte vieja de Marbella, es un bar al más puro estilo tradicional. Ha huido de las corrientes modernas sobre gastronomía y decoración y conserva el.ñ aire tradicional de un bar de pueblo. Excelente trato y predisposición por parte del personal. Las raciones suficientes en cantidad y muy ricas. El tomate aliñado con melva es espectacular, las tortillitas de camarones parecen no haber pasado por aceite y las gambas de la costa cocidas sobre la marchas, exquisitas. Precios igualmente excelentes. Además, menos frecuentado de gente que los bares de alrededor. Para repetir una y otra vez
Un lugar en el sitio que está localizado muy recomendable.
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