Lugar muy agradable en la hermosa plaza del pueblo, para tomar un café al mediodía o una cerveza por la noche. Lástima que no tengan nada de postre para acompañar al café.
Trato agradable y cercano, como se suele decir "de tal palo tal astilla" o " de casta le viene al galgo" pues así también lo fue y sigue siendo su padre y maestro, del enclave simplemente perfecto, tranquilo, preocuparse solamente de saborear sus platos, ojalá se mantenga por muchos años. Eso si, para servir si gluten sin riesgo de contaminación cruzada deben estar bien formados todos los trabajadores, espero repetir muchas veces la visita.
Típico lugar para tomar un vino, un café o una copa. También tiene cosillas para comer; nosotras pedimos unas bravas y burrito de solomillo ibérico... Súper buenos! Y además es DOGFRIENDLY! ❤️ No se le puede pedir más!
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