Tenía muchas expectativas con este restaurante de antes de su Estrella. Han superado todo, y de largo. Desde la entrada hasta la salida es todo un viaje. A destacar la decoración gallega y la música que sin duda fue un acierto. Los platos sorprenden por calidad, elaboración y Presentación. Lo más original el salón con la cocina abierta, muy “de casa”. No esperaba que esto pasara nunca pero para mi, han igualado al magnífico Casa Solla, los detalles de ambos son únicos y le hacen ser especiales. Enhorabuena y esperamos que tengáis mucho éxito. Os lo merecéis ❤️

Esto es lo que pedí (menú degustación Enxebre 75e): - Queimada de cítricos con pataca de Xinzo frita en grasa de pato y emulsión de ajada con chile para activar las papilas gustativas: la queimada espectacular, la emulsión súper rica, y la patata, no deja de ser una patata, no se le nota la grasa de pato. - Mexilón do Grove en escabeche, espectacular, carnosos y el escabeche súper bueno. - Picaña madurada en alga nori envuelta en un crujiente: se notaba la maduración, muy sabrosa. - Xurelo curado en alga kombu: muy buena presentación, el jurel rico, si te gusta lo crudo, es muy top. - Bokata de Bakalao: la piel deshidratada y frita, relleno de un pil-pil de bacalao y unas algas para el toque marino, muy muy rico, seguimos in cresccendo. - Bollito dulce relleno de la carnde del cocido, acompañado con el propio caldo. Siendo sincero, el plato salado que más me gustó, no fue un sabor demasiado sorprendente (quizás fue por eso), pero el toque dulce del bollito y la carne súper tierna dentro, sumado al caldo que estaba espectacular, un 10. - La mantequilla casera con nata de Airas Moniz (Chantada) estaba espectacular, muy cremosa, pero es que el pan se lleva todo el protagonismo. Si nunca lo habéis probado (es de un obrador de Santiago) es espectacular, con un poco de aceite... Magistral. - Hortalizas de proximidad, con un escabeche ligero con base de naranja y vainilla. Muchas texturas y un sabor demasiado estridente (inculto de mi) para mi gusto. La combinación naranja-vainilla no me funcionó demasiado, tampoco es que sea muy fan de las verduras crudas, por lo que fue el peor plato de la comida, a pesar de estar rico y que lo disfruté igualmente. Esto va por gustos, evidentemente. Por cierto, viene con sorpresa! - Cogollo de lechuga a la brasa con champiñón en diferentes texturas: muy rico, muy completo, el crudo de las láminas, luego llevaba como una salsa de champiñón y el propio champiñón, diría, asado. - Caldeirada de merluza de Celeiro: la merluza a baja temperatura espectacular, la crema de bogavante creo recordar, de lo mejorcito de la comida. Patata cocida, un pil-pil de merluza y unas huevas. Plato muy rico, sobre todo por esa crema, espectacular. - Xarda con espárragos: una salmuera, luego marinada, madura en cámara y se remata en la brasa. Acompañan espárragos crudos de Navarra y una salsa de espárrago cocido. Un plato frío, sabroso, si te gustan los espárragos, lo disfrutarás mucho, si no eres fan del pescado, quizá no tanto, el sabor del pescado es muy potente, está casi crudo, por lo que puede no gustarte. A mi me encantó. - Solomillo de vaca que cocen y cortan muy fino, acompañado de un pesto de hierbas aromáticas, además, una emulsión de guindilla ahumada. La carne estaba tan rica que no me dio tiempo a probarla combinando con las demás elaboraciones. Punto perfecto. La emulsión de guindilla también muy rica y el pesto no me convenció demasiado. - Oreja de cerdo cocinada en caldo gallego, acompañada de una tempura, una base de pil-pil de bacalao y emulsión de chiles ahumados. Recomiendan pillar un poco de todo, así hice, y una maravilla. Estaba espectacular, el mejor de los segundos. Creo que no volveré a comer una oreja así en mi vida, muy muy rica, la tempura le da un punto, está súper blandita... Impresionante. - Orujo: a modo de efecto limpieza, homenaje a Galicia y a su paisaje. Un kéfir de leche de vaca, acompañado de una vinagreta de hierbas silvestres, helado de pistacho y un aire lácteo. Lo califaicaría como sorprendente, no es que me encantara, al probar las cosas por separado chirría un poco, pero todo en conjunto está rico, lo dicho, de efecto limpieza. - Sopas de burro canso: una re-interpretación en formato tarta con todos esos ingredientes y una chantilly aromatizada con naranja. De verdad, de los mejores postres que me he tomado en mi vida, empieza con ese agrio-ácido del vino tinto, pero luego te viene el dulce con el toque de la galleta... Inolvidable. Una trufa de chocolate 70% híper rica, un canelé mojado en licor café y un dulce de cítricos con maracuyá. Gracias, Ceibe.