Recientemente visité el restaurante El Gaucho Diaz 2 en Oleiros junto a mi familia para nuestra primera experiencia culinaria en el lugar. Habíamos realizado una reserva previa y al llegar, nos encontramos con una mesa preparada y lista para nosotros, lo cual fue un buen comienzo. Lo primero que llamó nuestra atención al ingresar al restaurante fue el espacioso comedor y la impresionante cantidad de camareros que se movían con agilidad. A pesar del tamaño considerable del lugar, el comedor siempre estaba lleno, lo que, sin duda, es un indicio positivo de su popularidad y calidad. Optamos por compartir platos. Como entrantes, elegimos dos raciones de almejas a la marinera y de plato principal dos de churrasco de ternera con patatas como acompañamiento. Las almejas eran simplemente espectaculares, gracias a la deliciosa salsa marinera que las realzaba. El churrasco estaba en el punto esperado y presentaba un sabor exquisito. En términos de relación calidad-precio, nuestra experiencia resultó en un total de poco más de 100 euros, incluyendo además de lo mencionado anteriormente 4 cañas, una botella de agua, dos postres y cuatro cafés. Este costo nos pareció bastante razonable dado el sabor y la calidad de los platos que disfrutamos. No obstante, el único inconveniente que experimentamos fue el servicio proporcionado por uno de los camareros. Parecía carecer de experiencia y evidentemente no estaba preparado para manejar múltiples mesas. Hubo momentos de confusión, como cuando nos sirvieron el churrasco antes que las almejas y hubo dificultades para traer los platos en el momento adecuado. Esto, sin duda, afectó nuestra experiencia y dejó una impresión menos positiva. A pesar de esta limitación en el servicio, he decidido otorgar al restaurante El Gaucho Diaz 2 cuatro estrellas en lugar de tres, principalmente debido a la calidad excepcional de la comida y la relación calidad-precio. Estoy ansioso por regresar en el futuro para probar nuevamente su cocina y, con suerte, experimentar un servicio más fluido. En conjunto, una experiencia gastronómica que vale la pena repetir.