Andrés Castellano Rivero
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Un establecimiento señero de Punta Brava, frecuentado por más locales que turistas. El enclave del establecimiento frente a la maravillosa playa, es el lugar habitual de una parroquia fija que viene para desayunar, comer o tomar algo. Lo tiene todo. Especialmente destacable es su terraza. Buena sombra y una ubicación excelente.
Lugar donde degustar bocadillos, tapas j raciones. Servicio raudo y terraza limpia. Especialidades locales y platos internacionales para todos los públicos.
Menú para mi: una ensalada, un bocadillo, postre y café. El colofón a un día de playa. Recomendable.
Comida buenísima a muy buen precio. Bien servido. Terraza agradable.
Muchas gracias
Pedimos una pizza y a lo mejor por avisar que vamos a comer algo ,con las 2 cervezas pedidas no nos han traído nada de aperitivo, lo digo porque las otras mesas si tenían frutos secos!
Nos atendió un chico muy amable,pero como no se le veía,intentamos pedirle otra cerveza a otro camarero,un chico delgadito y pasaba de nosotros! Fingía que no te ve y al final nos hizo una señal de que si ahora viene pero al final apareció el otro camarero y nos atendió el! La pizza ,buena!
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