Restaurante sencillo, ubicado en un polígono. Su estética deja bastante que desear (la terraza parece más bien un trastero), aunque han apañado una especie de carpa/cabaña de madera muy acogedora, a pesar de lo antiestetico de los cables por medio que alimentan las 2 estufas que tienen. Obviando esas puntualizaciones y sabiendo que no vas a un estrella Michelin, el servicio (del que se encarga una chica todo terreno que lo mismo está en la cocina, que te está tomando nota o sirviendo los platos) es un 10. Simpatía a raudales, eficiencia, sabe con qué producto trata, te hace buenas recomendaciones. La comida, buenísima, en una carta completa, pero algo limitada. Las carnes, tiernas, y de calidad. Quizas lo mejorable serían los calçots rebozados (mejor con tempura, a secas). Menú completo por unos 14€. Volveré sin duda.
El personal muy agradable y atento, la carne estupenda, repetiremos seguro
Era mi primera vez recomendada por compañer@s de trabajo y he salido encantada del buen servicio y el buen trato y de lo buena que estaba la comida ....calidad cantidad precio muy bien, los flanes de lujo, a qual más bueno, pero el de queso intenso me ha sorprendido de bueno y con tanto sabor, muchas gracias Omar y familia, por todo, sin duda volveré....😋💪🏻😉🤤😘
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