Céntrico restaurante de los de toda la vida en Soria. Producto de 10 y buena cocina casera con recetas tradicionales (y otras con un punto de innovación).
Recomiendo probar las setas, y los huevos con salsa nata, trufa y patata confitada.
También es ideal para tomarse un vino con un pincho (probamos la tapa especial de níscalos escabechados con ciervo y de 10!)
La atención es estupenda y cercana.
El restaurante no es grande así que recomiendo reservar.
Cenamos por la noche, estuvimos muy a gusto. El servicio excepcional, la niña tenía frio y una de las camareras le presto una chaqueta porque con frío no se come bien. Pedimos varias cosas y todas buenas, especial mención las croquetas. De postre arroz con leche riquísimo.
Pedimos en terraza antes de comer unos torreznos y son de 10.
Después 3 platos a compartir, alubias, huevos rotos con crema de boletus y trufa rayada y Soria pura( migas con uva, picadillo, morcilla y torreznos).
Quizá el último plato no era lo que esperábamos pero estaba bien.
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