Estuvimos cenando hace unos días en el restaurante y la experiencia fue en general buena.
Nos gustó mucho la comida, que se basa en platos de toda la vida pero bien preparados. Destacamos los huevos rotos y los torreznos.
La atención fue buena, aunque lamentablemente muy muy lenta. Es parcialmente excusable porque el restaurante estaba bastante lleno, pero aún así a nuestro juicio faltó un poco de rapidez (incluso para traer la carta).
Tienen una terraza y un restaurante interior. A nosotros por reservar a última hora nos tocó dentro, pero para la próxima lo intentaremos en terraza.
Posiblemente repetiremos.
Era la primera vez que íbamos y el trato fue muy bueno, explicándonos que podíamos comer y uno de mis hijos que es celiaco también nos dijeron que es lo que podía comer de la carta. Comimos muy bien , pedimos el menú de 70€ y la verdad que nos llenamos y nos llevamos unas croquetas para casa porque no podíamos más.
Es un sitio pequeño pero estupendo.
Siempre atienden muy bien y rápido.
Las croquetas caseras de cocido nos tienen enamorados.
La cerveza está bien fría.
Los precios son justos...
Qué más se puede pedir?
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